El domingo es el típico día que te levantas y da pereza
cocinar… así que nos decidimos a reservar un brunch para 4 en El Romero. Os
aviso que nosotros reservamos el martes, es un concepto que está muy en auge y
como queráis reservar el mismo domingo no vais a tener sitio (experiencia
propia).
Primero unos datos del local, la estética de este local es peculiar, muy cuidada, con tonos blancos y grises, lámpara de araña, sillones de diseño... vamos, que estéticamente es todo muy "chic".
A destacar que en verano tienen una terraza con alguna que otra mesa, un punto muy a su favor.
El brunch comienza con la elección de un coctel sin alcohol (San Francisco) o una copa de un espumoso, nosotros elegimos empezar el día sin alcohol.
He de destacar que las copas de nuestra mesa, las que véis en la foto, ya sea por su forma o por lo que fuera, estaban las 4 un pelín sucias, detalle que nos sorprendió puesto que como ya os he comentado, es un local de estética cuidada.
Como primera toma de contacto ese día ofrecían una ensalada de frutas frescas.
Un tomate cherry, unas uvas, unos gajos de mandarina, un poco de sal maldon... no nos resultó muy atractivo, pero lo bueno de este brunch es que la sensación positiva fue in crescendo, al menos en referencia a la parte salada.
Como entrantes a compartir nos ofrecieron un pescado marinado, un tartar y un pequeño sandwich.
Pueden parecer simple, pero estaban todos muy ricos. A mí me pareció bastante sabroso el marinado, agradable el tartar (aunque la "tostadita" se llevaba un poco el sabor) y el sandwich curiosamente me sorprendió en su textura, ya que la parte vegetal estaba bastante crujiente.
Luego tocaba elegir ¿Carne o Pescado? Como carne nos ofrecieron una tosta de solomillo con queso y como "pescado" un revuelto de langostinos.
Ambos platos tenían un tamaño bastante respetable (no es un local para ponerte tibio, pero la cantidad final al añadir la parte dulce es más que correcta). Fue la parte más interesante del brunch. La carne estaba en su punto, muy jugosa, el pan que la acompañaba era muy adecuado. El revuelto también me pareció muy original, en un primer momento por la estética y en un segundo por sabor. Aunque sencillos, dos muy buenos platos sinceramente.
Y ahora es cuando viene "la parte dulce" del brunch.
Un buen surtido de tartas, brownie, galletas caseras, magdalenas... para disfrutar con calma de un buen café.
Y aquí quizá llevábamos muchas expectativas, así como los platos principales no nos los esperábamos de tanta calidad...la parte dulce pasó un poquito más sin pena ni gloria, y eso que juraría que es su especialidad.
Y bueno, para resumir, en términos globales fue una experiencia muy agradable, que no dudaré en repetir. Un concepto original con una cocina divertida en el que poder probar cosas nuevas. A destacar un trato muy correcto.
¡Me olvidaba de deciros el precio! La cuenta asciende a 14.50€ por cabeza, precio que a la vista del brunch y del local (y de que hablamos de un domingo) me parece adecuado.
Y para finalizar, como siempre os animo a dejar un comentario aquí debajo con vuestra opinión ¡¡¡Hasta la próxima zampones!!
Como siempre una muy buena y sincera crítica. Tendré que probarlo.
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