Cuando tienes tantas expectativas en algo...no es sano. Primero porque te la puedes pegar de morros y segundo porque siempre te vas a esperar una excelencia que difícilmente se cumple. En este caso ¿Se ha cumplido? En las próximas líneas te enterarás.
Fachada Discreta de Casa Marcelo |
Local: Casa Marcelo
Localización: Rúa Hortas, 1
Días de cierre: En el momento de escribir esta reseña domingos y lunes
Horario de apertura: 13:30 - 15:45 y 20:30 - 23:30
Reserva: No admite reserva para grupos inferiores a 8 personas
El local se divide en una zona de mesa corrida amplia (unos 25 comensales aproximadamente) en la entrada, una zona de barra en plena cocina con capacidad para 7 personas y una mesa posterior con una capacidad aproximada de 6 personas según me pareció ver. La cocina está completamente a la vista, más aún si puedes comer en la "barra". Ojo si os gusta la comodidad plena, aquí exclusivamente hay taburetes altos y sin respaldo, yo que iba algo tocado de la espalda lo eché en falta.
Como no admite reservas y conseguir un grupo de 8 personas para hacer una primera incursión a un local me resultaba bastante difícil nos acercamos dos zampones a primera hora de la noche a la puerta de este establecimiento. Exactamente llegamos a las 20:30 y ya teníamos una persona por delante a golpe de martes. La política de no reserva tiene sus pros y sus contras, pero ir a un "estrellado" sin reserva previa es un punto a su favor. Si llegas y está lleno puedes coger un "ticket", dejar tu teléfono y te llamarán.
Obviamente elegimos la mesa más a mano de la cocina, yo no solo quería comer, sino disfrutar del espectáculo. Como eramos el segundo y tercer comensal en entrar al servicio de noche no tuvimos problema ninguno en poder sentarnos allí.
Al poco de sentarnos se acercó el jefe de sala (atentísimo por cierto) quien nos explicó que en Marcelo o se come a la carta o le dejas a él improvisar... cosa que ya tenía previsto sin dudarlo, expusimos nuestras alergias y nos dejamos llevar.
Lo primero que vino fue el pan, recién salido del horno y un buen pedazo por persona. Un pan de una intensidad que no me esperaba, pero sin queja alguna al respecto. De beber había tres opciones de vino por copa y nos decantamos por unas copas de Pedralonga (albariño) y una botella pequeña de agua. La cantidad de opciones por copa me pareció sumamente escasa. La carta de vinos no era excesivamente amplia (unas 40 variedades) pero me agradó que el rango de precios de la gran mayoría no era desorbitado. Para poneros un ejemplo de precios el Bolo 2015 (godello 100%) estaba a 20€ la botella (bastante producto en el rango de 15-25€).
La visión del trabajo en equipo realmente me dejó encandilado. Presión, coordinación, flexibilidad. El jefe de sala en todo momento tenía a todos los comensales en la cabeza, sabía por dónde iban, que necesitaban y que no. Si había algún despiste a lo largo del pase, cosa lógica por otra parte, la comanda se pedía "urgente" y se sacaba al instante.
Mantelería de papel, palillos y cubiertos de madera de usar y tirar serán los utensilios a tu disposición. No hay cambio de cubertería entre cada plato pero siempre puedes proponerlo cuando lo consideres.
A nosotros de primero nos trajeron medio usuzukuri de San Martiño, el cual vimos como realizaban en nuestras mismas narices. Un plato de bonita presentación y agradable al paladar, intensificado gracias a la soja.
En segunda instancia nos trajeron media ensalada de tomates bombón, con base de ajoblanco y topping de escarchado de pimiento. Un plato correcto sin más pues la baja temperatura del pimiento tampoco te daba mucha opción a disfrutar del resto de los ingredientes.
Como tercer plato nos propusieron unos longueirones a la marinera. Debo decir que los longueirones eran tremendos, y el punto conseguidísimo, podría decir que los mejores longueirones que he comido (y soy medio fisterrán...). Una pena que bajo mi punto de vista y el de mi acompañante la salsa no destacaba mucho. Uno espera de una buena marinera que sea una salsa que te haga eliminar el pan de la mesa inmediatamente. Quizá la calidad del producto principal empañaba su acompañamiento.
De cuarto venía uno de los clásicos de Marcelo, media ración de patata-puerro. Un trampantojo que juega con la patata convirtiéndola en puerro, aunque el sabor es del producto original obviamente. Se acompañaba de panceta y de yema de huevo, esta última hubiera preferido que en vez de base estuviera esparcida por la zona superior. Es un plato original pero que tampoco me impactó.
Como principal nos trajeron una ración de salmonete con judías verdes. Este plato si me gustó ya que tanto el pescado como el acompañamiento encajaban muy bien. El pimentón no subía más de lo necesario y el punto era óptimo, tanto de la verdura como del salmonete.
Como colofón final otro clásico, la fritura de Cabracho con alioli de chile. El cabracho se come entero excepto la espina central. Un plato que llena más de lo que aparenta a primera vista y que hay que dejar que se enfríe durante bastante tiempo en mesa pues sale al rojo vivo. Sabroso, original pero tampoco para repetir.
Por último medio postre de aguacate, lima, piña y coco. Un postre fresco y curioso que nos agradó a ambos comensales.
Finalmente sin más dilación pedimos la cuenta: 85.55€.
Pues bien, Casa Marcelo es un local que hay que probar si eres de Santiago, la cuenta es muy ajustada para tratarse un Estrella Michelín, bien es cierto que la mantelería, la vajilla, la disposición del comedor y el estilo de trato difieren bastante de la mayoría de sus compañeros estrellados.
Pros:
Contras:
Localización: Rúa Hortas, 1
Días de cierre: En el momento de escribir esta reseña domingos y lunes
Horario de apertura: 13:30 - 15:45 y 20:30 - 23:30
Reserva: No admite reserva para grupos inferiores a 8 personas
El local se divide en una zona de mesa corrida amplia (unos 25 comensales aproximadamente) en la entrada, una zona de barra en plena cocina con capacidad para 7 personas y una mesa posterior con una capacidad aproximada de 6 personas según me pareció ver. La cocina está completamente a la vista, más aún si puedes comer en la "barra". Ojo si os gusta la comodidad plena, aquí exclusivamente hay taburetes altos y sin respaldo, yo que iba algo tocado de la espalda lo eché en falta.
Zona de "Barra" |
Trabajo de Cocina Desde mi Situación |
Como no admite reservas y conseguir un grupo de 8 personas para hacer una primera incursión a un local me resultaba bastante difícil nos acercamos dos zampones a primera hora de la noche a la puerta de este establecimiento. Exactamente llegamos a las 20:30 y ya teníamos una persona por delante a golpe de martes. La política de no reserva tiene sus pros y sus contras, pero ir a un "estrellado" sin reserva previa es un punto a su favor. Si llegas y está lleno puedes coger un "ticket", dejar tu teléfono y te llamarán.
Obviamente elegimos la mesa más a mano de la cocina, yo no solo quería comer, sino disfrutar del espectáculo. Como eramos el segundo y tercer comensal en entrar al servicio de noche no tuvimos problema ninguno en poder sentarnos allí.
Al poco de sentarnos se acercó el jefe de sala (atentísimo por cierto) quien nos explicó que en Marcelo o se come a la carta o le dejas a él improvisar... cosa que ya tenía previsto sin dudarlo, expusimos nuestras alergias y nos dejamos llevar.
Lo primero que vino fue el pan, recién salido del horno y un buen pedazo por persona. Un pan de una intensidad que no me esperaba, pero sin queja alguna al respecto. De beber había tres opciones de vino por copa y nos decantamos por unas copas de Pedralonga (albariño) y una botella pequeña de agua. La cantidad de opciones por copa me pareció sumamente escasa. La carta de vinos no era excesivamente amplia (unas 40 variedades) pero me agradó que el rango de precios de la gran mayoría no era desorbitado. Para poneros un ejemplo de precios el Bolo 2015 (godello 100%) estaba a 20€ la botella (bastante producto en el rango de 15-25€).
Porción de Pan Casero |
La visión del trabajo en equipo realmente me dejó encandilado. Presión, coordinación, flexibilidad. El jefe de sala en todo momento tenía a todos los comensales en la cabeza, sabía por dónde iban, que necesitaban y que no. Si había algún despiste a lo largo del pase, cosa lógica por otra parte, la comanda se pedía "urgente" y se sacaba al instante.
Mantelería de papel, palillos y cubiertos de madera de usar y tirar serán los utensilios a tu disposición. No hay cambio de cubertería entre cada plato pero siempre puedes proponerlo cuando lo consideres.
A nosotros de primero nos trajeron medio usuzukuri de San Martiño, el cual vimos como realizaban en nuestras mismas narices. Un plato de bonita presentación y agradable al paladar, intensificado gracias a la soja.
Usuzukuri de San Martiño |
En segunda instancia nos trajeron media ensalada de tomates bombón, con base de ajoblanco y topping de escarchado de pimiento. Un plato correcto sin más pues la baja temperatura del pimiento tampoco te daba mucha opción a disfrutar del resto de los ingredientes.
Ensalada de Tomates Bombón |
Como tercer plato nos propusieron unos longueirones a la marinera. Debo decir que los longueirones eran tremendos, y el punto conseguidísimo, podría decir que los mejores longueirones que he comido (y soy medio fisterrán...). Una pena que bajo mi punto de vista y el de mi acompañante la salsa no destacaba mucho. Uno espera de una buena marinera que sea una salsa que te haga eliminar el pan de la mesa inmediatamente. Quizá la calidad del producto principal empañaba su acompañamiento.
Longueirones a la Marinera |
De cuarto venía uno de los clásicos de Marcelo, media ración de patata-puerro. Un trampantojo que juega con la patata convirtiéndola en puerro, aunque el sabor es del producto original obviamente. Se acompañaba de panceta y de yema de huevo, esta última hubiera preferido que en vez de base estuviera esparcida por la zona superior. Es un plato original pero que tampoco me impactó.
Patata - Puerro |
Como principal nos trajeron una ración de salmonete con judías verdes. Este plato si me gustó ya que tanto el pescado como el acompañamiento encajaban muy bien. El pimentón no subía más de lo necesario y el punto era óptimo, tanto de la verdura como del salmonete.
Salmonete con Judías Verdes |
Como colofón final otro clásico, la fritura de Cabracho con alioli de chile. El cabracho se come entero excepto la espina central. Un plato que llena más de lo que aparenta a primera vista y que hay que dejar que se enfríe durante bastante tiempo en mesa pues sale al rojo vivo. Sabroso, original pero tampoco para repetir.
Fritura de Cabracho |
Por último medio postre de aguacate, lima, piña y coco. Un postre fresco y curioso que nos agradó a ambos comensales.
Aguacate, Lima, Piña y Coco |
Finalmente sin más dilación pedimos la cuenta: 85.55€.
Cuenta Detallada Para Dos Comensales |
Pues bien, Casa Marcelo es un local que hay que probar si eres de Santiago, la cuenta es muy ajustada para tratarse un Estrella Michelín, bien es cierto que la mantelería, la vajilla, la disposición del comedor y el estilo de trato difieren bastante de la mayoría de sus compañeros estrellados.
Pros:
- Trato cercano, atento y muy agradable
- Posibilidad de medias raciones
- Precios ajustados para su categoría
Contras:
- Escasa comodidad para el comensal
- Déficit de sorpresa gustativa
- Mínima ofertas de vino por copas
En resumen Casa Marcelo ha pasado
por mi experiencia gastronómica
como uno más con sus pros y sus contras
quizá la culpa sea mía por esperarme demasiado
quizá no.
¡Cómo me gusta leerte! y qué ganas de comer me das, sigue así... es un blog simplemente genial! :)
ResponderEliminarTal y como lo cuentas, tendré que pasarme por Marcelo para probar.Y como siempre gracias por tus comentarios. Eres genial.
ResponderEliminarTen todo moi boa pinta e é un local que me chama dende hai tempo pero non penso pisalo por isto: http://www.lavozdegalicia.es/galicia/2009/06/16/0003_7787248.htm
ResponderEliminarAcabo de descubrir este blog. Que como punto negativo do restaurante máis interesante e orixinal de Santiago escribas "Déficit de sorpresa gustativa", te inhabilita pra opinar sobre comida baixo o meu punto de vista. Entre esta crítica sen fundamento algún e as alabanzas ao mediocre Manso, xa me queda claro que neste blog non vou atopar ningunha información relevante. Grazas por intentalo en calqueira caso.
ResponderEliminarNada inhabilita a nadie para opinar, quizá le inhabilite a usted para confiar en mi criterio, eso no lo discuto. Al fin y al cabo sigue siendo una opinión. Marcelo no me sorprendió, tampoco busco sorpresas en cada restaurante que visito.
EliminarManso me gusta, y mucho, no lo oculto. También es cierto que si alguna vez tengo que criticar un plato suyo lo hago sin pudor alguno.
Una pena que el blog no le sirva, aunque sea de manera informativa.
Gracias a usted por comentar, todas los comentarios (sean positivos o negativos) hacen crecer al blog. En las opiniones está el gusto.
Un saludo.
Tiene usted razón, disculpe. Me he dejado llevar por la pasión del buen manjar. Es tan solo su opinión, que en este caso es diferente a la mía, pero no menos válida. Seguiré probando alguna de sus recomendaciones y probablemente estemos de acuerdo en otros restaurantes. Un saludo.
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