Local situado en la aldea de Brión, en un paraje privilegiado rodeado de robles lo cual hace que tenga una terraza muy tentadora. El interior está decorado en tonos
marrones y beiges, muy acogedor el pequeño comedor.
Además de un buen local el trato también es muy bueno y, como luego veremos, la relación calidad/precio es más que interesante.
Como siempre pasamos a contaros nuestra experiencia. Llegamos dos zampones a golpe de martes (cierra domingos noche y lunes todo el día) ya que queríamos probar el menú, el cual varía a diario y consta de dos primeros, dos segundos, dos postres + pan + bebida + café. Pedimos dos cervezas y con el pan ya empezaba el festín.
El pan es de verdad, no esas bagettes congeladas o esas bollas industriales que dan por ahí... y eso da un plus de valor a la comida.
Mejillones al vapor del vino Ribeiro, quizá el plato más flojo de todos los que comimos ya que varios estaban cerrados... seguramente por falta de un poco más de tiempo, además el otro primero era tremendo como ahora vereis y tapaba completamente este plato.
Lentejas estofadas con chorizo. ¿Que decir? Una frase que puede resumirlo es "como las de casa", tremendas lentejas con un toque picante del chorizo... sabor en estado puro.
Chinchos (jurelitos) fritos en escabeche ligero con pimientos de Brión... ¡Toma plato para un menú! Un escabeche muy bien hecho, 3 chinchos generosos y unos pimientos bien sabrosos.
Albóndigas caseras en salsa de tomate con puré de patata (también casero). Densas, jugosas, costó acabarlo (por el generoso tamaño de los platos y porque nos pusimos ciegos a pan... jajaja). A partir de aquí venía la tentación de los postres.
Yogurt cremoso con nueces y miel... la pinta lo dice todo, muy suavecito y rico.
Filloa rellena de crema pastelera, nada seca (cosa rara cuando tomas filloas de postre) y además calentita, buen colofón.
Posteriormente cayeron sendos cafés (uno de ellos con gotas de aguardiente... para no variar).
¿Precio? 10€ el menú, con lo cual pagamos 20€ este día por ambos comensales.
Resumen: menú original en el que varían platos típicos con otros menos habituales en un local interesante y a un precio muy ajustado. Aunque en esta crítica no salga os recomendamos fervientemente el postre "pan con chocolate" que auna pan, chocolate, aceite de oliva y sal de escamas... brillante. Además destacar que fuera del menú la carta de raciones y sugerencias es amplia, la puedes consultar en las pizarras del local.
¡¡¡Hasta la próxima zampones!!!
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